Aquí los amaneceres le dan vida al horizonte, la lenta caricia del sol se lleva la quietud de la noche, despacio, en los días, en los meses hasta completar el año, se curaron mis heridas, tenía tanto por soltar, por agradecer, que aquí, en este lugar apartado, me tendí la mano para levantarme, mi cuerpo fue el soporte para sobrellevar los días grises, la mirada vacía se inundó de vida y mi corazón se llenó de olvido.
Conocí personas, que hacen una pausa al caminar para disfrutar el día a día y su sentir, se emocionan por las pequeñas maravillas, una palabra, una sonrisa, una mirada siempre obtiene respuesta, no hay prisa para llegar a ninguna parte y siempre hay tiempo para disfrutar de una broma local, un comentario ocurrente, la sonrisa despreocupada de la gente. Solidaridad, apoyo físico/emocional, la trillada frase dicha en forma muy honesta, ''Cuenta conmigo''.
Dolía el corazón, dolía el alma, dolía la mente cuando hacía mis maletas, dejé el departamento limpio, en orden, como si nunca lo hubiese habitado, solo en una esquina, apiladas, yacían las maletas, esperando el momento de ser arrancadas de raíz de lo que por un año fue mi hogar.
Aquí descubrí que podía ser, sentir, emocionarme, enamorarme de mí ... Un suspiro de ternura por todo lo que en mi mente existe ... o existió.
Hoy camino con tristeza hacia el reencuentro con mi pasado, impuntual ...con desgano.
Mi participación en la dinámica de Ginebra Blonde
'' Un reto: una imagen''