Se encuentra oculto en la mirada
que resbala lentamente por la noche
reaparece en mis labios
consumiendo los recuerdos.
Se vuelve ruta en mis pensamientos
avanzando con impaciencia
hasta encender el brillo de mis ojos.
Su destino es hacer nido en mi mente
donde atiza la hoguera que me abrasa.
Nunca cesa ... Seguirá siendo eternidad de mis instantes.