Estoy adherida
a esta cama desvencijada
por nuestros encuentros
bajo estas cuatro paredes
que nos protegen de miradas indiscretas
donde los límites de lo irracional
no existen.
Me encuentro en el mismo reflejo
de luces y sombras
el humo del silencio me sabe a ti
porque no hay límite para el desenfreno
en el verbo que vibra.
Soy el fuego que se consume lento
en esta fortaleza que lleva tu nombre
como marca indeleble de amor,
hechizo de fuego en mi piel.
¡ No me quejo ... !,
espero paciente a que llegues.
¡ Este es mi reino !,
¡ Esta es mi ley !
te vuelves pasión
cuando enciendo mi hoguera
y bailas mi ritmo
cuando amoldo tus pasos
al son de mi abrazo
con la lujuria de un animal
que gime, penetra y devora.
Succionas con fuerza
creyéndome presa
y hundes tus garras,
te agitas y amarras.
Soy la marca de amor que lleva tu alma
como trazo infinito ... Vestigio de mi.