Llega un momento en la vida en que los "para siempre" ... "eternamente" ... "siempre tuya" ... "más allá de la vida", al igual que los "nunca", "jamás lo haría" van cambiando su significado, o es que aprendemos a cogerlos al vuelo y aterrizarlos para volverlos el "hoy" ... "mañana quizás" ... "¿lo haría?, tal vez", lo bueno es que seguimos aprendiendo a cada paso y a cada trote y con ello viene la reflexión ... "¿ya te cansaste de esperar?" ... "¿y de sufrir?".
Porque sé, que no viviré para siempre [ni tan siquiera en el recuerdo], pero mientras viva estoy decidida a seguir haciendo lo que me gusta, cuando, como y donde quiera.
Y todo termina en que aquel estrujón en el vientre finaliza ... analizado, descartado o aceptado en tu/mi cerebro.
¡Maduración! [le llaman]