A veces pienso que él fue el amor de mi vida, lo sabía cuando lo vi por primera vez. Me miró, como quien penetra a través de las pupilas y se queda ahí, contenido bajo mis párpados.
No necesitó decirme nada, me acercó su boca y dejó resbalar un beso sutil que me hizo temblar, fue difícil frenar el clímax de su lengua. En ese momento me estalló el corazón desterrando la tristeza. Con qué facilidad su lengua lamió mis heridas, después dibujó una leve sonrisa que se quedó ondeando en mis pensamientos.
Hoy lo vi entre la gente, caminando lento, con su cabello escaso y su mirada de hogar, un segundo fue suficiente para encender mis retinas y estrujarme el corazón ... Ahí me quedé, sin poder moverme, mientras su figura se fue deshaciendo como un espejismo en mitad del desierto.
Hoy lo vi entre la gente, caminando lento, con su cabello escaso y su mirada de hogar, un segundo fue suficiente para encender mis retinas y estrujarme el corazón ... Ahí me quedé, sin poder moverme, mientras su figura se fue deshaciendo como un espejismo en mitad del desierto.