Noche helada de un invierno anticipado ... en el bar ... ambientación discreta, cuarta cita, él ... impecable, [ como siempre ], ésta mujer ... vestida de ojos profundos, labios ligeramente rosados, escote en v en atuendo negro.
Se acercó y me dijo rosando sus labios en mi lóbulo derecho ... su aliento me erizaba los vellitos de la nuca.
— " Vas a ir al tocador, te quitarás el tanga, lo ajustarás a tu mano y me lo traerás en forma discreta ".
— " Vas a ir al tocador, te quitarás el tanga, lo ajustarás a tu mano y me lo traerás en forma discreta ".
¿ Es broma ?, seguido de una sonrisa imposible de ocultar.
Él continuó diciendo
— Sé que no te vas a atrever y te lo dije, ¡ no soy un hombre convencional !.
— Sé que no te vas a atrever y te lo dije, ¡ no soy un hombre convencional !.
Lo observé atenta, tratando de descifrarlo, observé su mirada que hasta ese momento había entrado directamente a incendiar mi cerebro, pero sus palabras ... [ sí, lo sé, me repetía constantemente en silencio ... ya me aburre la falta de imaginación y me desgana que casi nada me sorprende, aún así ... siguió la noche ].
— ¡ Quiero que lo hagas !
— ¡ Quiero que lo hagas !
— ¡ Es mi deseo !, quiero que me demuestres hasta qué punto quieres ser mía.
[ Sonrisa incrédula y de nuevo esta estúpida manía de tratar de no hacer sentir mal a las personas, debería dosificar mi dosis de empatía ]
¡ No, no puedo hacerlo !
— ¡ No pasa nada !, [ su sonrisa incómoda ].
Más entrada la noche, en mi departamento, un mensaje por whatsapp.
— ¿ Por qué no quisiste entregarme tu tanga, acaso te da sonrojo ?
Sonreí al tiempo que ignoré el mensaje, deslicé el vestido negro cuesta abajo, me puse una blusa semi transparente ... bebí un poco de vino mientras trataba de recordar cuándo fue que dejé de usarla.
Más entrada la noche, en mi departamento, un mensaje por whatsapp.
— ¿ Por qué no quisiste entregarme tu tanga, acaso te da sonrojo ?