Mostrando entradas con la etiqueta Su pequeña victoria. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Su pequeña victoria. Mostrar todas las entradas

02 diciembre 2019

Su pequeña victoria

A veces me sentía inundada por su recuerdo, no es que fuera constante, pero cuando sucedía, me llegaba como si a una descarga eléctrica estuviera expuesta.
Recordaba su mirada minando mi seguridad y volviéndome vulnerable, lo sabía y él también, creo que le resultaba atractiva esa situación, cada vez que sucedía, movía en forma negativa la cabeza, como si de esa manera alejara su imagen de mi mente.

Esa mañana lo había pensado mucho, aunado a ello, el día había sido un total desastre, mucho por hacer y poco tiempo para realizarlo. Me sacudí las obligaciones y llamé a Lorena e hice una cita para una manicura esa misma tarde.

Regresé presurosa al departamento, me duché y descansé un rato, trataba de encontrar la calma, ésta a su vez no hacía acto de presencia, me sentía frustrada por incumplir los compromisos, eran demasiadas citas y poco espacio entre una y otra, era cierto, pero las excusas no valían.

Minutos antes de la cita bajé con desgano los tres pisos y salí a la calle, la atravesé para llegar a la estética.

En recepción un aroma familiar impregnaba el ambiente despertando mi interés. En vano traté de detectar de dónde venía el perfume que me recordaba a él.

— ¿ Adel, tu cita es para una manicura ?
Sí Sofía, pero cámbiamelo por un corte, no recuerdo cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que me hice uno.

Me hicieron esperar por algunos minutos, Lorena llegó y me guió a un apartado de la estética, siempre me gustaron esos privados, son tan acogedores que te permiten relajarte, algo que necesitaba en ese momento, me coloqué delante del espejo y de inmediato las manos de Lorena se posaron en mis hombros.

— Estás tensa, debes relajarte y dime, qué te voy a hacer.
Un corte, Lorena, unos séis centímetros debajo de los hombros.
— Adel, eso es muy corto, es un cambio muy drástico, no te va a gustar
Solo córtalo, será un problema menos su mantenimiento.
[ Sí, evidentemente seguía frustrada ].

Lorena se quedó pensando, luego salió del privado; yo me distraje con una revista, la hojeaba tratando de encontrar algo de interés.

Sentí unas manos introduciéndose entre mis cabellos, luego solo una que se enredó en él, se sujetó con tal firmeza que me hizo levantar la vista en forma interrogante.


Habían pasado varias semanas desde la última vez que nos vimos. Él seguía manteniendo el rape en su cabeza, le sentaba bien, demonios, se veía maravilloso ...  tiró hacía abajo obligándome a elevar el mentón.

— ¡ No, corto no !, ¿ entendido, Adel ?
Los nervios estaban a punto de traicionarme, asentí con un movimiento de cabeza, su ceja se arqueó y su mirada se volvió aún más impositiva.

¡ Sí !
Se inclinó a la altura de mi cuello y susurró despacio ...
— ¡ Buena chica !.