En la red, somos conscientes que detrás de un nick, sea de frente [cam] o detrás de una pantalla, existimos personas que reímos, lloramos, nos emocionamos, creamos lazos, también llegamos a formar amistades y relaciones profundas y nos dolemos cuando se rompen.
En una conversación con un amigo, le mencioné haber dejado un mensaje sin responder desde mediados del año anterior, sentí en él un velo de desaprobación, lo hablamos, me expuso su razonamiento y todo esto me llevó a analizar lo sucedido.
Entré en la red hace muchos años, pero de forma más continua, hace catorce años aproximadamente. Casi de inmediato conocí a un hombre español y hasta la fecha hemos sido amigos.
Al poco tiempo y de su mano, conocí a otro hombre español, tuvimos contacto por varios años. Nunca se lo dije, pero él cambió mi vida, al hacerme ver la forma tan hermética y en cierto grado machista en que la vivía, sí, definitivamente, el machismo no es exclusivo de los Caballeros.
Pensé que seríamos amigos y lo tendría a mi lado permanentemente, no fue así, un día enfermó y perdimos contacto, me dolió por muchos años y lo he recordado desde siempre.
Los siguientes diez años reanudamos la amistad en varias ocasiones, pero nuevamente, diversos motivos volvieron a separarnos. El año anterior me buscó; y continuamos como si el tiempo no hubiese pasado, [ pero lo hizo ] y si antes nuestros caminos eran complicados para coincidir, con mayor razón en estos tiempos donde en nuestras vidas hubo cambios drásticos.
Retomando la charla y la pregunta con el amigo ...
¿ Por qué no respondí su mensaje ... ? la respuesta ya la sabía, pero la rechazaba y sucedió que al decirla en voz alta, terminé por aceptarlo.
Responder su mensaje significaba cerrar el círculo y aún no estaba preparada para hacerlo.
