No se trataba de trabajo, él había salido a reunirse con sus amigos, tenían algunos años desconectados y a última hora decidieron una escapada nocturna que posiblemente terminaría en amanecida.
Contrario a lo acostumbrado [por deseo propio] escribió un mensaje escueto a su mujer:
"Reunión con los amigos, no me esperes despierta."
En su rostro se mostraba que no había dormido cuando horas más tarde entró sigiloso en la habitación, su mirada se fijó en el espejo que la reflejaba de pie, absorta en ese amanecer de tonos rojos y naranjas. Se acercó a la terraza y deslizó la vista por su cuerpo, admiró su silueta bajo esa blusa semitransparente, vislumbró su trasero envuelto por su ajustada falda, su cabello suelto mecido por la ligera brisa, quiso acercarse más y sorprenderla, envolverla por la cintura y besar su cuello.
El sorprendido fue él cuando su voz cálida rompió el silencio.
¿ Cómo fue tu noche ... ?, luego se volvió hacía él.
No respondió, al verla sus ojos se iluminaron de inmediato, puso sus manos en sus mejillas y la besó como si las horas separados hubiesen sido eternas.
Ella se separó lentamente, caminó hasta la puerta y se volvió hacía él.
¡ Ven !, vamos a desayunar.
De madrugada le había horneado croissant de chocolate amargo y avellana, [sus favoritos], le preparó un café negro, sin azúcar y se sentó a su lado.
Él la observaba con detenimiento, la noche anterior la había plantado pero ella no dijo nada.
Se mantenía expectante, sabiendo que ella siempre perdona, pero nunca olvida ... Si pudiera leer su mente.
La anfitriona de esta semana, Molí y su tema: "Amaneceres"
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