“Todos llevamos dentro el cielo y el infierno.”
Oscar Wilde
Conducía mi auto negro en medio de la noche, iba pensando en ti, a la vez que huía de ti. Lo detuve en medio de la oscuridad. El desierto me arrojaba un panorama tentador, su fina lluvia podía sentirse como brisa suave por mi rostro, para después escurrir cálida por mi piel, un recorrido por el vasto horizonte me inundó de ese cielo.
Descalza, lentamente me abrí paso por el camino, el lugar era tan oscuro, que por momentos sentía que me arrastraba hacia la lujuria … Entre tierra y piedras sueltas fui dejando la ropa que aprisionaba mi cuerpo.
Conforme me adentraba, el sombrío escenario me ofrecía distintas tonalidades en sus plantas, verdosos, ocres, grisáceos, todos envueltos de sombras; y entremedio, ''Baño de venus'' con su centro sediento, siempre dispuesto a recoger en su cáliz toda la humedad ofrendada, sus tallos cilíndricos de espinas blancas y coronadas por flores de un rosa intenso, se ofrecían como un hermoso rubor en el desierto.
Mis piernas se ofrendaron como tributo, absorta en el ritual, con la piel erizada y envuelta en su calor, a horcajadas cabalgué su largo talle, balanceando mi cuerpo hacía el vacío. Impaciente y encendida, abracé con fuerza su tronco aceptando finalmente, que te he amado al borde de la muerte.
Pensando en ti, me moví en círculos prolongados y entrecerré los ojos, el vaivén intenso de mis muslos pronosticaban la llegada del infierno, mis mejillas se encendieron al sentir vibrar la verticalidad de mis labios, desfallecida, poco a poco, lentamente, fui cayendo hacía el abismo.
Aún tenía las piernas mancilladas; y los pies enrojecidos por el líquido caliente que brotaba de mis adentros, mientras conducía de regreso a mi destino.
P.D. Cardencha o Baño de Venus, cactácea originaria del norte de México.
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Ésta es mi participación en la dinámica de Mag y su blog, La Trastienda del Pecado, esta semana el tema es. En el Cielo o en el Infierno, pulsando en su nombre podrán acceder a todos los relatos.